CODE cerró este pasado sábado el ciclo iniciado en octubre con una noche llena de leyendas, pero también de primeras veces: leyendas como Underworld o Chris Liebing y primeras veces como la de CLOUDY, que se estrenaba en FABRIK. Sonó mucho techno y muy diferente; himnos y vanguardia… música electrónica con mayúsculas

Cómo hemos disfrutado de la Trilogía de CODE en FABRIK. No es nada nuevo que FABRIK apueste por el techno. Hace mucho tiempo que CODE es parte del ADN de este templo de la música electrónica de nuestro país. Sin embargo, esta Trilogía de 2025 ha ido un paso más allá. Sus tres ediciones han procurado combinar nombres muy consolidados actualmente con jóvenes en ascenso y con absolutas leyendas como The Chemical Brothers, Sven Väth, un B2B para la historia de Ben Sims junto a Óscar Mulero, y para la ocasión que hoy tratamos, Underworld.

MAIN ROOM, donde se hizo historia

Y es que era algo que evidentemente no nos podíamos perder; el gran reclamo que tenían preparado desde Humanes para esta última parte de la Trilogía de CODE: nada más y nada menos que Karl Hyde y Rick Smith a.k.a Underworld, en formato live en la Main Room.

Y miren que no era tan fácil encontrar fuerza de voluntad para irse de cualquiera de las otras cuatro áreas abiertas esa noche, ya que reinaba un ambientazo en todas ellas. Si bien no llegó a lo que prácticamente supuso un récord de afluencia aquella segunda parte de la Trilogía, FABRIK estaba en cualquier caso lleno de gente, repartida por todas sus áreas.

Independientemente de la zona en la que uno se encontrase, daban ganas de quedarse bailando y disfrutando. Sin embargo, no es que la ocasión lo mereciese, sino que casi obligaba a salir y dirigirse a la Main Room. Y es que Underworld es sinónimo de historia: pocas formaciones han moldeado tanto la música electrónica moderna.

Underworld recibiendo una ovación al finalizar su actuación

Lo que empezó en los 80 como un proyecto new wave terminó convirtiéndose, con el giro hacia el techno y la llegada de Darren Emerson, en uno de los proyectos más influyentes de la electrónica británica. Desde ‘dubnobasswithmyheadman’ (1994), aquel álbum que redefinió cómo podían convivir las capas progresivas, los beats hipnóticos y las letras caóticas y casi poéticas de Karl Hyde, el nombre de Underworld quedó asociado a innovación pura.

Después vinieron hitos como ‘Second Toughest in the Infants’ y, por supuesto, ‘Born Slippy (Nuxx)’, que además de marcar a una generación entera, directamente se incrustó en el ADN del clubbing y se hizo atemporal. El impacto de Underworld está en todas partes, desde bandas contemporáneas hasta la forma en la que hoy entendemos un live de electrónica.

Y con todo ese peso histórico, con toda esa mística acumulada tras más de treinta años rompiendo esquemas, verlos aparecer en la Main Room de FABRIK era algo que casi obligaba a salir corriendo desde cualquier otra área. La puesta en escena de FABRIK y del propio dúo, enorme; el escenario elevado, lleno de hardware; los planos de cámara proyectados como visuales acercando a Karl al público; y Karl mismo, tirando de carisma y a rebosar de energía, como si fuera su primera vez. Todo se sentía extremadamente especial. El público, entregadísimo desde el primer compás, celebró cada clásico con sonrisas y aplausos: ‘Cowgirl’, ‘Dark And Long’, ‘Two Months Off’… Y, como broche de oro para una actuación que ya era histórica mucho antes de terminar, ese momento que todos esperaban: ‘Born Slippy’, desatando el éxtasis colectivo y una posterior ovación que se prolongó durante minutos y que dejó claro que lo vivido allí no fue un simple directo, sino una noche para guardar en la memoria para siempre. Y es que uno no sabe cuándo puede tener de nuevo la oportunidad de vivir algo así.

Pero mientras Underworld se llevaba todas las miradas en la Main Room, el resto de áreas de FABRIK tampoco se quedaban atrás. El recinto vibraba en todos sus rincones, y cada sala ofrecía un fragmento distinto de la experiencia CODE.

HANGAR, noche de Chris Liebing & Friends

Una noche más el Hangar volvió a sonar a TECHNO. Veníamos del viaje mágico que nos regaló el all night long de Ben Sims y Óscar Mulero en la segunda edición de la Trilogía y lo del sábado fue el cierre perfecto. Chris Liebing y amigos a los mandos de un Hangar que rezumaba saber hacer, cultura, seriedad y que nos llevó a las raíces del techno.


El set más esperado era quizá el B2B con Speedy J y el Hangar lo recibió con un lleno. Quizá el set más warehousero de la noche en esta sala, el sonido más industrial de Speedy se dejó notar y algunos bombos caían como verdaderas explosiones. La energía y la crudeza estaban aquí en su punto más álgido, pero se venía construyendo desde mucho antes.

La hora y media de B2B con Elli Acula, de la que solo vimos un rato, fue progresiva, con guiños al acid y algunos momentos más tranceros, con melódicas hipnóticas y percusiones intensas. Y lo que siguió, el B2B con Luke Slater, fue una verdadera masterclass de techno. Sonidos espaciales, algo más oscuros y algunos synths y sonidos muy peculiares que hacían que te perdieras en el viaje. Todo esto en un Hangar poblado por un gran público, y es que allí sonó el techno más “purista” de la noche. Y, por supuesto, un espectáculo a nivel de luces y sonido. Todo un refugio para los que les gusta el techno de toda la vida, el raro y de otro planeta.

SATÉLITE, where groove happens

La sala más (hard) groovera fue la Satélite. El mayor reclamo era quizá Marco Bailey, veterano del techno groovero, progresivo y unos toques tribales muy exóticos. Con él vivimos un set atrapante, contundente a veces e hipnótico a ratos. Un público bailongo le acompañó, y se notaba que había ganas de perderse en el sonido y dejarse llevar.

Tras él, Phil Berg, que comenzaba manteniendo el estilo de Bailey y a quien, tristemente, no pudimos ver durante mucho rato. Señores de CODE, abran menos salas o inventen la clonación. Pero sí volveríamos un rato al cierre de Coyu. Divertido, groovero, pero con la libertad que te da estar cerrando. Mucho baile, a pesar de ser las horas que eran, supo encontrar un buen balance entre contundencia, groove y momentos más melódicos que encantaron al público.

CRYSTAL, hard techno y schranz

Tuvimos la Crystal abierta desde las 18 de la tarde y vaya día intenso tenía por delante. Sonidos schranz, hard techno y rave fueron los protagonistas aquí, con algunos sets de energía bastante intensa. Además, nos encanta poder meternos por detrás de la cabina, la verdad. Ese rollito boiler room le da una energía muy especial a la Crystal.

Comenzábamos el día viendo un rato a Spartans y nos encantó. Schranz progresivo y momentos melódicos que fueron perfectos para empezar la jornada. Y ya no volveríamos aquí hasta AIROD, quizá uno de los mayores reclamos del día. En ese punto dulce entre el hard techno, el trance y sonidos rave, pudimos disfrutar de un set con mucha energía, leads épicos, drops melódicos y, en general, muchos momentos de brazos arriba. Muy disfrutable este set.

AREA 19, sinónimo de contundencia

Y por último, teníamos que hablar de este espacio, que sin duda fue uno de los protagonistas de la noche. Abierto también desde las 18h, prometía BPMs acelerados, primero yendo por la vía del hard bounce con el B2B de HUMAN ERROR y DVAID, que ofrecieron una sesión muy divertida con ese rollito 240 KM/H tan bailongo. Después tendría lugar el debut en FABRIK de CLOUDY. La alemana, continuando con el estilo 240 KM/H que ya se había establecido en el AREA 19, ofreció un set igual de animado pero subiendo aún más la energía, yendo hacia el hard techno y ganándose a un público que llenaba cada vez más el espacio con ese carisma que la caracteriza.


Tras ella, sería el turno para SNTS. El artista enmascarado hizo gala de su sonido oscuro y pudimos escuchar techno industrial del de toda la vida, mezclado con gran maestría en ese formato live al que el artista ya nos acostumbra y teniendo al público donde él quería en todo momento.

Y por último, disfrutamos del extended set de I Hate Models. Uno de los nombres más conocidos del panorama hard, que desplegó en sus tres horas de set un sonido aún más duro de lo que esperábamos, con esa presencia en cabina inconfundible y combinando clásicos del género con novedades.

Larga vida a CODE

Con esta tercera entrega, CODE cerró una Trilogía que ha mostrado todas las caras del techno y ha demostrado por qué sigue siendo una de las citas imprescindibles del género en España.

La combinación de leyendas, artistas consolidados y nuevas propuestas volvió a funcionar, y cada sala aportó su propio enfoque, desde la historia viva de Underworld hasta la contundencia de AREA 19.

Fueron tres ediciones que resumieron muy bien hacia dónde mira hoy CODE: respeto por la tradición, atención al presente y espacio para lo que viene. Una despedida que confirma, una vez más, que FABRIK sigue siendo un punto de referencia a nivel internacional para el techno en todas sus formas.





Source link